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MENSAJE DEL VICEPRESIDENTE DEL CONSEJO DE MINISTROS Y MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL, HON. ANTONIO TAJANI, CON MOTIVO DEL 69.º ANIVERSARIO DEL DESASTRE DE MARCINELLE Y DE LA 24.ª JORNADA NACIONAL DEL SACRIFICIO DEL TRABAJO ITALIANO EN EL MUNDO

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(8 de agosto de 2025)

El 8 de agosto representa, desde hace ya 69 años, una de las páginas más tristes de nuestra historia.
Un dolor que compartimos con los otros 11 países que ese día perdieron a muchos de sus hijos en la mina de Bois du Cazier, y que convierte a Marcinelle en una tragedia tanto italiana como europea, como he querido destacar con profunda emoción durante mis numerosas visitas en diversas funciones: como Parlamentario Europeo, Vicepresidente de la Comisión Europea, Presidente del Parlamento Europeo y, más recientemente, como Vicepresidente del Consejo de Ministros y Ministro de Asuntos Exteriores.

A pesar del paso del tiempo, Marcinelle —al igual que Monongah en Estados Unidos o Mattmark en Suiza, lugares de tragedias similares— sigue evocando hoy las historias de nuestros compatriotas que partieron desde Abruzos, Véneto, Calabria y de todas las regiones de Italia, con su sudor y deseo de redención. Son historias y recuerdos que a menudo enriquecen mis encuentros con italianos en el extranjero o mis visitas por Italia, como sucedió en la localidad calabresa de Motta San Giovanni, el pasado mes de diciembre.

A ellos, el Gobierno Berlusconi quiso dedicar en 2001 la «Jornada Nacional del Sacrificio del Trabajo Italiano en el Mundo».
Una conmemoración que va más allá del recuerdo de un único evento, para rendir homenaje a quienes llevaron al mundo —dando ejemplo con su trabajo duro— el saber hacer italiano y nuestros valores de tenacidad, solidaridad y orgullo de pertenencia.

Las coronas de flores que serán depositadas esta mañana a los pies del monumento de Marcinelle, en presencia de los últimos testigos de aquel día, con su uniforme de trabajo azul y su casco, son un signo de gratitud por su sacrificio. Pero también son una forma de celebrar la extraordinaria contribución al desarrollo que nuestras comunidades siguen aportando a sus países de adopción, gracias también a la labor de nuevas generaciones de profesionales, investigadores, obreros y técnicos altamente especializados, verdaderos embajadores de una Italia del crecimiento y la innovación.

Del deber de la memoria debe nacer un fuerte compromiso común, en Italia y en Europa, para combatir la lacra de los accidentes laborales.
Marcinelle nos enseña que la persona debe estar siempre en el centro, y que la cultura de la seguridad en el trabajo debe ser la piedra angular de todo el sistema económico. Esta ha sido para mí, desde los años de mi compromiso en Bruselas, una prioridad absoluta. Por eso, he apoyado firmemente desde el principio la propuesta —actualmente en fase de aprobación— de declarar el 8 de agosto como una Jornada Europea de reflexión sobre estos temas.

La seguridad laboral es, en efecto, una responsabilidad de todos, y el Gobierno se ha comprometido desde el primer momento con medidas centradas en la prevención, la formación, la concienciación y una acción firme contra la irregularidad.

A todos los compatriotas en el mundo va hoy mi pensamiento personal de gratitud, orgullo y cercanía.
Vuestro compromiso, vuestras capacidades y vuestros logros forman parte esencial de nuestra historia, así como de nuestro futuro, y seguirán enriqueciendo a nuestro país y al mundo entero.

Antonio Tajani